miércoles, 6 de octubre de 2010

La Prevención Como Elemento Para El Desarrollo Sostenible Urbano, Local Y Regional

El desarrollo sostenible se fundamenta y tiene el equilibrio en 3 pilares fundamentales que son el económico, el social y el ecológico. Aborda los problemas ambientales urbanos, un sistema urbano sostenible, se caracteriza por su capacidad portante definida como aquella que permite la regeneración permanente de los sistemas de soporte de la vida y de la actividad económica. El concepto desarrollo significa que el entorno puede ser más productivo teniendo en cuenta factores ecológicos, políticos, culturales y tecnológicos; ahora el concepto de sostenible es el mantenimiento o prolongación de un proceso o actividad sobre el tiempo. La gestión de riesgo es una herramienta fundamental para el desarrollo sostenible. La fase de preparación comprende actividades que promueven mejores opciones y practicas durante la fase previa a un desastre o una vez impactada una sociedad por un evento físico determinado.
La prevención juega un papel delimitador respecto a un conjunto de elementos cuyo objetivo es intervenir ante la ocurrencia de un desastre, es decir, que conforman el campo de los preparativos para la atención de emergencias, la respuesta y la reconstrucción una vez ocurrido un suceso. El aumento y densificación de la población en grandes centros urbanos, el desarrollo de tecnologías vulnerables y el deterioro del medio ambiente hacen que cuando ocurran fenómenos naturales como por ejemplo, sismos, deslizamientos, etc., se producen graves daños a las personas, bienes e infraestructuras. El objetivo del desarrollo sostenible debe mejorar no solo las condiciones de vida sino la calidad de vida y bienestar social.

Aspirar a un desarrollo sostenible significa buscar un punto de equilibrio entre crecimiento económico, desarrollo social y protección del medio ambiente. En este equilibrio se fundan la verdadera equidad, la justicia social y la preservación del sustento de las generaciones futuras.
La mejor forma de obtener un beneficio social y económico de estas estrategias de prevención y de desarrollo es incorporándolas en los diversos instrumentos de Ordenamiento Territorial y en la Planificación y Gestión Estratégica globales. Los desastres naturales constituyen los eventos mas debilitantes para un país después de las guerras. Hay una colección impresionante de datos que demuestran que las catástrofes naturales tienen un impacto negativo muy pesado sobre las estructuras económicas y sociales de las naciones y sobre sus procesos de desarrollo sostenible.

HÁBITAT, DESASTRES Y GESTIÓN URBANA, IMPLICACIONES LOCALES Y REGIONALES

El concepto de gestión se refiere a "la capacidad de administrar y hacer funcionar coherentemente las partes de un todo".  Teóricamente, bien dicho, pero, es imprescindible definir y precisar de cuál todo se habla y de cuáles partes se compone. Una comuna, una provincia o una región, cada una representa un nivel y un todo en sí diferente, como p. Ej.: una Comuna puede ser un todo, y los distintos servicios y corporaciones municipales, servicios de utilidad pública, instituciones, empresas, organizaciones comunitarias y sociales, voluntariado, etc., las partes de ese todo.  El hábitat es el entorno y el sitio donde las personas viven, estas personas pueden llegar a habitar sitios vulnerables ante un desastre debido a la falta de conocimiento, o a la necesidad de vivienda que tienen. Muchos lugares donde era prohibido habitar, actualmente están urbanizados, debido al crecimiento demográfico descontrolado. La situación ambiental de las ciudades está directamente relacionada con los problemas que conlleva el acelerado proceso de urbanización producto de desequilibrios de orden social y económico a través de la historia.  La vulnerabilidad como factor interno de riesgo, debe relacionarse no solamente con la exposición del contexto material o la susceptibilidad física de los elementos expuestos a ser afectados, sino también con las fragilidades sociales y la falta de conocimiento de la comunidad propensa; es decir, su capacidad para responder o absorber el impacto.  La urbanización ha venido contaminando las mejores tierras agrícolas, pecuarias y forestales y ha generado al mismo tiempo como consecuencia de desajustes sociales en la estructura de la tenencia, asentamientos humanos materiales en áreas degradadas. El desastre es la materialización del riesgo y significa un impacto ambiental que puede tener una dimensión variable en términos de volumen, tiempo y espacio. La dimensión de un desastre no solo depende de la cantidad de población humana sino también de su escala en términos ecológicos, económicos y sociales. Por esta razón sucesos que ocurren en áreas vacías, en donde no existen asentamientos humanos, raramente son percibidos como desastres.  
Muchas familias se ven afectadas por desastres causados por la naturaleza, estos desastres pueden tener efectos devastadores provocando daños materiales sobre todo a sus viviendas, a esto se le conoce como comunidades vulnerables, las cuales a través de la educación y capacitación  a las mismas se puede incrementar la capacidad de preparación y respuesta ante desastre. El crecimiento urbanístico descontrolado trae como consecuencia la marginalidad, la disgregación urbana  y el deterioro ambiental, por ende el aumento de la vulnerabilidad ante fenómenos naturales y la disminución de la calidad de vida.   Una gran cantidad de ciudades están construidas sobre sitios propensos a desastres debido a tres razones principales. Primero, las ciudades se fundaron en lugares peligrosos debido a que las ventajas de los sitios valían más que los riesgos. El desarrollo inicial de ciudades en valles con ríos propensos a inundarse se vinculaba a la disponibilidad de agua fresca o tierra fértil. Segundo, el desarrollo de las ciudades no estaba conducido por una cultura de gestión de riesgos, la construcción de cualquier ciudad involucra modificaciones de la naturaleza, usualmente, sin medidas que minimicen el riesgo. El tercero, las ciudades traspasaron lo que relativamente fueron sitios seguros, cuando estas ciudades eran pequeñas no había necesidad de un desarrollo urbano en sitios peligrosos, conforme estas crecieron la población no pudo ser ubicada en áreas seguras, o bien todos los sitios se volvieron muy costosos para que las personas de bajos recursos los pudieran adquirir, por esta razón, son estas personas, quienes sufre más los efectos de un evento adverso.
 

VULNERABILIDAD URBANA

El creciente paso de la urbanización y la creciente escala de la actividad urbana – industrial, están exacerbando la degradación ambiental en ciudades de países en desarrollo e incrementando la vulnerabilidad de pobladores urbanos, tanto a desastres naturales como tecnológicos. En adición a intensificar los problemas de los pobres urbanos, tales desastres resultan en pérdida de productividad debido a infraestructura colapsada, y daños a industrias. La demanda por más espacio urbano ha empujado a los pobres terrenos marginales, vulnerables ambientalmente.  El desarrollo sostenido de aéreas urbanas requiere una aproximación balanceada basada en criterios económicos, sociales y ambientales.
Actualmente, existe una creciente consciencia en que la pobreza urbana y el deterioro ambiental están interrelacionados muy estrechamente. Por ello, la aproximación económica requiere de métodos de prevención y mitigación de catástrofes ambientales que sean costo – efectivos, por medio de la mejora de medidas reglamentarias, mecanismos de control basados en el mercado y administración municipal. La pobreza se considera como la principal causa de vulnerabilidad ya que esta limita el acceso a una vivienda adecuada, educación, salud, uso de tecnología, entre otros.
La vulnerabilidad debe analizarse frente a las condiciones específicas de cada comunidad, y frente a cada amenaza y bajo la responsabilidad de los diferentes actores sociales que pueden influís en las decisiones políticas y sociales del ámbito local y nacional.
La vulnerabilidad, es la incapacidad de resistencia de las personas y comunidades cuando se presenta un fenómeno amenazante, o la incapacidad para reponerse después de que ha ocurrido un desastre. Los entornos urbanos en grandes ciudades presentan una alta complejidad desde la perspectiva de la gestión pública para el manejo del riesgo de desastre. La razón básica de ello radica en el hecho de que el riesgo es una condición emergente de los propios procesos transformadores de la ciudad según sus particularidades físicas, ambientales, económicas, demográficas, culturales y políticas. La ciudad es un sistema complejo, dinámico, que modifica y ajusta permanentemente sus estructuras y funciones a las demandas y relaciones entre los individuos y entre estos y su entorno físico natural o construido.

La modificación del medio ambiente natural, para albergar las actividades necesarias para la vida de los humanos, es en esencia lo que realizan el conjunto de variados actores vinculados al sector económico de la construcción. La progresiva urbanización de la población –que a principios de este siglo ya sobrepasa la mitad de la población mundial y que, en 25 años más, se acercará a 70%– y las modificaciones implícitas en el uso del suelo han llevado a que el medio ambiente modificado pase de la condición de sistema “contenido” a la de “contenedor” de ecosistemas. Esto implica un incremento de los riesgos asociados a las amenazas naturales, “puesto que los ecosistemas de la biosfera están cada vez más saturados de sistemas artificiales”, con el evidente efecto de reducir sus capacidades de autorregulación y asimilación (Yean, 1999). Venezuela es uno de los países más urbanizados del mundo, con casi 90% de población urbana y cerca de 50% de su población viviendo en barrios pobres, lo que de por sí implica una muy alta vulnerabilidad en todos sus centros urbanos.

LA PERSPECTIVA HOLISTICA DEL RIESGO URBANO

La ciudad o el barrio vista en términos ambientales puede ser concebida como un sistema: sistema de producción, distribución, consumo y emisión de residuos, resultado de la institucionalización de las prácticas sociales ambientales de sus pobladores. Esta mirada de la ciudad, nos permite mostrar la relación de la comunidad como grupo colectivo que impacta al entorno social, en el sentido de lo que recibe y emite la ciudad. Los ecosistemas urbanos se distinguen debido a que grandes agrupamientos de personas agregan grandes flujos artificiales de insumos y emisiones. El consumo indiscriminado de insumos genera problemas ambientales como el agotamiento de los recursos naturales y depredación.

Los riesgos ambientales en las ciudades son causados principalmente por los estilos de vida, la sobre utilización de los sistemas urbanos y el crecimiento urbano no planificado adecuadamente.

Los sistemas urbanos que surgen como resultado de las practicas ambientales que las personas e instituciones realizan, generan reacciones no controladas, incrementando los problemas de contaminación, degradación y depreciación que se constituyen en “ peligros ambientales” que al impactar en las familias más pobre constituyen los desastres urbanos. Los desastres generados por peligros ambientales, se caracterizan por ser poco visibles, permanentes y localizados en sectores de la ciudad (accidentes vehiculares, incendios, epidemias, colapso de viviendas, etc.). Económicamente constituyen grandes pérdidas en vidas y dinero.

La ocupación con fines de vivencia se encuentra entre uno de los más graves problemas que afectan a los suelos cuando no es planificada debidamente. Estos poseen cierta capacidad para asimilar las intervenciones humanas sin entrar en procesos de deterioro, sin embargo, esta capacidad puede ser ampliamente sobrepasada dependiendo del uso, sobre todo cuando además se desarrollan allí, grandes grupos humanos, sin ninguna reglamentación u control por parte de las autoridades, que de esa manera se convierten en los responsables de las acciones que allí se generan.

Para mitigar las consecuencias se vuelve necesario el conocimiento del entorno urbano donde se desarrolla la comunidad con el fin de que se posibilite la aplicación de metodologías, cuyas propuestas se puedan consolidar efectivamente cuando se hace uso de herramientas indispensables como los proyectos de inversión pública.


En el riesgo urbano no solo se ve afectado el ambiente, sino las personas que habitan en el. Para ello debe haber un desarrollo sostenible, el cual satisface las necesidades del presente sin poner en peligro a las generaciones futuras, es decir, que la naturaleza no se convierta en una amenaza para los seres humanos, ni estos se conviertan en una amenaza para la naturaleza. El desarrollo sostenible depende de elementos jurídicos, institucionales, humanos, políticos y financieros, la creación de circunstancias económicas que permitan a través de derechos de propiedad y el ordenamiento legal, los parámetros para poder proteger el medio ambiente a través de una gestión adecuada en el mejoramiento del entorno urbano, y esto dependerá de alguna manera en determinar si los beneficios excedan a los costos.

LA GESTION DEL RIESGO COMO CONCEPTO DE PLANIFICACION

El riesgo es la probabilidad de una amenaza sobre un sistema de vulnerabilidad dado. La gestión del riesgo sintetiza la perspectiva de los desastres acorde con el desarrollo sostenible y abarca desde la actividad productiva y planificadora hasta la reconstrucción superando la vulnerabilidad pre-existente y aumentando la capacidad organizativa social e institucional para la mitigación. Las acciones de gestión de riesgo son una actividad compleja que requiere la participación de todo el estado y de la sociedad civil. No son el trabajo particular de un organismo de emergencia.
La gestión de riesgo empieza por impulsar una intervención armoniosa con las condiciones ambientales lo que implica la evaluación cuidadosa de los principales procesos creadores de vulnerabilidad. En la mayoría de los países centroamericanos, la gestión de riesgos se ha visto como una tarea, a cargo de instituciones creadas para atender y no para mitigar los desastres.
La sociedad civil ha sido vista como usuario final, o como objeto de las acciones de preparativos y mitigación. Es necesaria una incorporación activa, en un ambiente participativo real de la sociedad civil en todo el proceso de la gestión del riesgo.
En las comunidades se puede desarrollar una gestión del riesgo de manera que estas mismas manejen su relación con las amenazas que existen alrededor de ellas, en forma tal que los riesgos no necesariamente se conviertan en desastres. Sabiendo que el riesgo se expresa en forma concreta y es percibido por la población, debe haber una organización y una planificación para ejecutar actividades que vayan encaminadas a la creación de una conciencia preventiva, que pueda beneficiar a toda la comunidad.

La reducción del riesgo de desastres (RRD)

La reducción del riesgo de desastres (RRD) es el marco conceptual de los elementos que se toman en consideración con el fin de minimizar las vulnerabilidades y los riesgos de desastres en una sociedad, para así evitar (prevención) o limitar (mitigación y preparación) el impacto adverso de las amenazas y facilitar el desarrollo sostenible.
La RRD representa un tema transversal y de desarrollo. El proceso de la RRD es complejo y consiste en componentes políticos, técnicos, participativos y de movilización de recursos. Por lo tanto, la RRD requiere de una sabiduría colectiva y de los esfuerzos de las instancias decisorias y de formulación de políticas nacionales
por parte de diversos sectores gubernamentales, al igual que de representantes de la sociedad civil, dentro de los que se incluyen las instituciones académicas, el sector privado y los medios de comunicación.

El reto de los desastres "Marco de Acción de Hyogo para 2005-2015"

Las pérdidas que ocasionan los desastres van en aumento, acarreando graves consecuencias para la supervivencia, la dignidad y los medios de vida de los seres humanos, en particular los pobres, y para el desarrollo logrado a costa de mucho esfuerzo. El riesgo de desastres es un motivo de creciente preocupación mundial cuyo impacto y acción en una región pueden repercutir en los riesgos de otra, y viceversa.
Ello, sumado a la vulnerabilidad exacerbada por la evolución de las condiciones demográficas, tecnológicas y socioeconómicas, la urbanización sin plan, el desarrollo en zonas de alto riesgo, el subdesarrollo, la degradación del medio ambiente, la variabilidad del clima, el cambio climático, las amenazas geológicas, la competencia por los recursos escasos y el impacto de epidemias como la del VIH/SIDA, presagia un futuro deamenaza creciente de los desastres para la economía mundial, la población del planeta y el desarrollo sostenible de los países en desarrollo. En las dos últimas décadas más de 200 millones de personas se han visto afectadas en promedio cada año por desastres.